Las marionetas, parte imprescindible del teatro

Las marionetas, parte imprescindible del teatro | Blog - UTEL

Un títere o  marioneta, es cualquier objeto que al ser movido, cumple una función dramática en el contexto teatral, estas figuras inanimadas adquieren vida gracias a la manipulación humana.

Antecedentes de las marionetas

La tradición e historia titiritesca se remonta a tiempos inmemoriales ya que estas figurillas siempre han tenido una función específica: que a través de su movimiento y representación, se transmita un mensaje, idea o conceptos particulares; su manipulación permite al público imaginar escenarios más allá de lo físicamente tangible y su característica lúdica es lo que permite este ejercicio.

En México su uso se remonta al Preclásico Medio de Mesoamérica, en el Centro Arqueológico de Xochitécatl, donde fueron halladas figurillas que demuestran que formaban parte de la vida cotidiana de nuestros ancestros. Más tarde, durante la Nueva España en 1524, hay registros de compañías que iban a ferias y mercados a ofrecer espectáculos. A partir de entonces surgieron los cimientos de lo hoy es el teatro guiñol en México, orgullo nacional en crecimiento.

 Las marionetas en el mundo contemporáneo

Sin duda el máximo exponente de las marionetas en México, es el titiritero Rosete Aranda. Él estableció una compañía cuyos programas estaban integrados por obras dramáticas en cuyos intermedios, entre jornada y jornada, los muñecos cantaban  bailaban y representaban entremeses, siguiendo los patrones del escenario oficial.

Rosete Aranda adaptó a su repertorio, representaciones construidas a partir de leyendas populares, cuadros de costumbres nacionales y religiosas; la inclusión de materiales más allá de la consabida tela, representó una vuelta de tuerca a la construcción de títeres ya que la madera, pastas  y finos hilos, le dieron otra dinámica y movilidad a las marionetas.

Los hermanos Rosete Aranda renovaron la plástica y la estética de las marionetas, construyendo figuras con movimientos de cabeza, cuello, brazos y rodillas; esta nueva concepción del títere, hizo posible la construcción de cuadros circenses, bailarines, payasos, animales, trapecios, aros y cuerda floja, los cuales fueron algunos de los elementos que incluyeron los números.

 La influencia del teatro de guiñol ha motivado a que grandes teóricos como Peter Brook y Ramón del Valle Inclán, establezcan nuevas formas de representar el teatro. Brook, escenógrafo inglés, sostenía que el teatro de súper marionetas sustituiría al de actores ya que su poder de expresión superaba al trabajo interpretativo de los actores.

Para el novelista y dramaturgo español del Valle Inclán, la inspiración del teatro de la compañía “Dei Piccoli” de Vittorio Podrecca, lo motivó a escribir la obra Luces de Bohemia y con ellos el nacimiento de un nuevo género teatral: el esperpento. Así el teatro guiñol continúa encontrando nuevas formas de expresión y con ello nuevos públicos.

 Adair Rodríguez

UTEL Editorial

 


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